EL MUNDO
11 julio 2022
Piel a los 30 años: esto es lo que tienes que hacer hoy para
no lamentarte mañana
Cristina Galafate
Los dermatólogos insisten en la importancia de la protección
solar y el cuidado del acné para evitar marcas y manchas futuras. Tampoco hay
que aplicarse decenas de ungüentos por el marketing.
Juan Rojo se ha
puesto botox en la frente a los 37 años. Quiere
eliminar las arrugas de su frente por culpa del sol. "Me he expuesto de
joven de manera excesiva, pero no he caído en la cuenta de los daños hasta
ahora". ¿Por qué nos empezamos a cuidar cuando ya vemos las consecuencias
y no de forma preventiva?
Esto
es algo que, por fortuna, está cambiando en los últimos años, cuenta Silvia Oliete, fundadora y directora de Blauceldona
y creadora de la marca SO Silvia Oliete. Según esta
prestigiosa facialista y experta en estética, cada
vez recibe clientas que se preocupan por su piel desde edades muy tempranas y a
las que no les cuesta avanzar en sus cuidados a medida que cumplen años y,
además, lo hacen como un gesto de disfrute personal del que ya no pueden
prescindir. "Por lo general, cuando somos jóvenes nuestra piel está
perfecta, tenemos unos niveles de colágeno y elastina en su pico más alto, y
creemos que se mantendrá así por siempre. Es muy común esperar hasta ver la
señal, ya sea una arruga o una mancha, para cuidarnos y ponerle solución",
apunta.
Sin
embargo, esto no es así, y desde los 25 años, en los que llegamos a ese momento
de máxima plenitud de la piel, comienzan a mermar todos los procesos endógenos
propios de una persona joven y sin mácula. "Podríamos hablar de la osadía
de la juventud", desliza Oliete.
Salvo
las personas que sufren de acné, asevera, pocos se toman en serio una rutina de
belleza. "Este problema les supone un gran estrés y una merma en su
autoestima y confianza. Normalmente estas personas suelen cuidarse bien después
de haberlo superado, ya que son conscientes de que la piel tiene memoria, y
todo lo que hagamos por ella hoy le repercutirá más adelante".
La
industria cosmética y de belleza nos ofrece infinitos productos, terapias y
protocolos que vemos en amigos, revistas o redes sociales. Sin embargo, la
clave sigue siendo la misma: "Constancia y utilizar aquello que nos va
bien, idealmente prescrito por un experto", indica la facialista.
A
partir de los 35 años en adelante aparecen signos propios del paso del tiempo,
como líneas marcadas, arrugas, manchas y la tan temida flacidez. Para llegar lo
mejor posible, idealmente debemos cuidar la piel desde la adolescencia, ya que
es cuando la acción de nuestras glándulas sebáceas cambia y podemos sufrir
acné, cuenta la especialista, "nuestros poros empiezan a hacerse visibles,
en el caso de los hombres crece la barba, y estamos a merced de las
hormonas".
Cuanto
antes, deberíamos aplicar geles y/o leches
limpiadoras ricas en glicerina, que arrastren la suciedad sin agredir el manto hidro-lipídico de la epidermis, y no creen sequedad en
ella, recomienda Oliete. "La hidratación con
cremas y sérums es clave para mantener unos niveles
hídricos óptimos y luchar así contra las consecuencias negativas del medio
ambiente. Y siempre, protección solar de amplio espectro los 365 días del año.
Es es el gran salvavidas de la piel a largo
plazo".
RECOMENDACIONES
DE LOS EXPERTOS
Protégete
del sol. La doctora Paloma Cornejo,
con clínica homónima y miembro de la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV), explica que la piel es el órgano más grande del cuerpo,
pero solo tenemos una y hay que cuidarla para toda la vida. "Está demostrado
que el sol es el mayor causante del envejecimiento". De hecho, en su
consulta tiene casos de pacientes muy mayores que jamás han hecho topless o se
han puesto bañadores con mucha tela, comparte la dermatóloga, "y tienen la
piel de las nalgas estupendas en comparación con la del rostro, por ejemplo,
con daños faciales importantes, manchas y arrugas debido a esa
exposición". Aunque verse morena es atractivo, la doctora anima a
protegerse siempre del sol con un factor de protección 50 y con la aplicación
adecuada cada dos horas.
Trata
el acné: tómatelo en serio. Cuando
eres joven, un acné inflamatorio o nódulo quístico puede tener unas
consecuencias fatales en la edad adulta, indica Cornejo. "Con el
envejecimiento, ante la falta de colágeno, esas marcas pueden hacerse más
visibles". Por lo que, desde el mismo momento que aparezca recomienda
acudir a un médico profesional.
Evita
los ultraprocesados. La alimentación se refleja en la piel, por lo que
practicar unos buenos hábitos alimenticios es clave para lucir una cara bonita.
"Está demostrado que somos lo que comemos y ciertas patologías como el
acné, la rosácea, la atopia o la psoriasis empeoran o
mejoran con una modificación dietética", propone Cornejo. "Come lo
más sano que puedas. Lleva una dieta rica en verduras y frutas frescas, carnes
magras, cereales y legumbres y mínima o nula en grasas saturadas, azúcares,
sal, alcohol y todo tipo de procesados, jugarán un papel decisivo en nuestra
apariencia general, en la forma en la que envejezcamos y en el aspecto y ritmo
de envejecimiento también de la piel", añade Oliete.
Huye
del neceser de Mary Poppins. No
necesitamos tantas cremas, afirma la doctora. "Y menos si las compramos
porque las recomiendan personas no cualificadas que ni siquiera las han probado
o porque se llevan en TikTok". Es preferible
tener una rutina sensata, que verdaderamente vayas a aplicar con regularidad y
adaptada a tu tipo de piel. "Consulta al dermatólogo en lugar de dejarte
llevar tanto por el marketing", apunta Paloma Cornejo.
No
te pongas estándares irreales. En
ocasiones, el auge de las redes sociales banaliza la medicina estética, puesto
que solo se cuentan los éxitos y no tanto los peligros ni las precauciones a
tener en cuenta, desliza la doctora. "No te hagas lo que no necesitas. No
tienes por qué tener una piel impoluta sin poros ni la estructura facial de una
determinada modelo. Tienes que ser tú en tu mejor versión: sana y
natural", aconseja Cornejo. Todo lo que te hagas ahora te dejará una
huella estética el día de mañana, asevera. "Sin tratar de asustar, hay que
ser muy responsable con lo que te pones. Obviamente, en este sector vivimos de
la belleza, pero se empiezan a mostrar algunos casos y hay que tenerlo en
cuenta".
Cuídate
la piel desde la adolescencia.
"Utiliza productos adecuados de limpieza, hidratación y protección solar,
y otros distintos para la piel del cuerpo", afirma Oliete.
Puedes apostar incluso por nutricosmética desde los
30 años para apoyar estos tratamientos tópicos. "Fíjate en que los
productos que usas siempre contengan principios activos de calidad y siempre
prescritos por un especialista, ya que la diferencia entre cuidarse y cuidarse
bien es enorme", desliza Silvia Oliete. Así
evitarás reacciones o efectos indeseados.
Realiza
una limpieza profesional cada cierto tiempo. "Supondrá un verdadero antes y después y verás cómo complementa
tus cuidados domiciliarios y retarda los signos de envejecimiento",
aconseja Oliete.
La
hidratación es clave: mejor empezar
con el sérum. Y no es solamente aplicarlo, asegura
Paola Gugliotta, fundadora de Sepai
y APoEM y master en Dermocosmética y postgrado en
Genética e Inmunología por Harvard: "Es momento también de empezar a
masajear los productos para favorecer la penetración". No es lo mismo
aplicar con los dedos y listo, que aplicar el sérum
unos minutos hasta que se absorba por completo, apunta. "La capacidad de
absorción es muy diferente: toda la circulación sanguínea que estás activando
es maravillosa para la piel, activa la oxigenación y la hidratación".
Principios
activos de calidad. Llegados a los
30, debemos empezar a nutrir nuestra piel con ingredientes que la fortalezcan y
ayuden a relanzar la síntesis de colágeno y elastina. "Vitamina C y todo
tipo de antioxidantes, y por la noche, podemos empezar a usar AHAs y retinol, ya que nos ayudará a mantener la piel
renovada, libre de células muertas y la acción de reparación y renovación
celular en plena forma", aconseja Oliete.
Exfoliar
la piel una vez a la semana o una
vez cada 15 días, dependiendo del tipo de piel. "Si a esas edades se tiene
la piel grasa o ciertas zonas y no se empieza ya a trabajar en el refinamiento
del poro, más adelante su tamaño puede estar tan dilatado que puede ser
irreversible. Hay que trabajar muy bien estas zonas grasas", concluye Gugliotta.